Monday, October 16, 2006

desierto

Como dos granos de arena que, por fatal casualidad, se chocan en una tormenta en el desierto, nos encontramos. Nos rozamos y bailamos, y subimos y bajamos al compás de la tormenta, y fuimos felices. Fuimos dueños y esclavos de un momento de total felicidad, y el resto del desierto y los demás granos de arena fueron nada, fueron ajenos.
Después el viento con su furiosa rabia resentida, el viento que hubiera querido ser brisa para acariciarnos y llevarnos, el mismo viento salvaje que nos había juntado, nos separó, y nos depositó en partes lejanas del anónimo desierto, mezclados entre millones y millones de iguales a nosotros.
Mientras tanto vos seguías haciendo graciosas piruetas empujado por la brisa, estarías disfrutando de momentos como el nuestro, estarías viviendo tu presente sin acordarte de mí ni de la tormenta.
Y es insoportable saberlo. Es insoportable saberse un grano de arena en el desierto. Saber que alguna vez otra fatal casualidad podría volver a chocarnos en el aire y que otra vez recorreríamos juntos la tormenta. Y es insoportable saber que otras tormentas nos van a separar más y más, hasta que ya no formaremos parte del mismo anónimo desierto. Y tal vez (ojalá), yo sea lecho del mar cálido y transparente, y pueda sentirme arrastrada por el agua y observada por peces y por algas. Y tal vez (ojalá), en esa extraña y nueva y resignada felicidad de lecho de mar te olvide, y me olvide del viento y del desierto, y de la fatal casualidad de la tormenta. Y tal vez (ojalá), seré feliz sin vos.

2 comments:

Anonymous said...

Me parece que me enganché tarde, pero es que acabo de leer esto, y me pareció asombroso. Hacés que la gente te entienda. Que entienda. Me gusta cómo escribís!

rs said...

Gracias anonyumous, siempre es bueno tener un poco de aliento...