"La lluvia me inspira. Bah, es una forma de decir. La lluvia me transmite cosas.
Cuando llueve todo se diluye. La tristeza, la angustia, el dolor, la pena; pero también la alegría, el sueño, el amor.
La lluvia es imperativa, es vital, es necesidad, molestia, belleza, sorpresa."
Mientras pensaba eso, acomodaba el nudo de la soga.
Así preparó su muerte, disfrutando intensamente de ese último momento de vida.
Así hubiera querido morir.
Al final, el hombre es cobarde. Dejó la soga a un lado y puso la pava en el fuego.
Preparó mate amargo y siguió mirando la lluvia por la ventana. Todo se diluye, incluso la decisión de morir.
Al final, el hombre es valiente. Un poco de esperanza de que algo (no todo) iba a cambiar, de que el mundo puede ser más justo. Una utopía. El mundo es injusto y, mientras él pensaba en matarse tomando mate al abrigo de su casa, otros intentaban sobrevivir en los lugares más horribles, en las situaciones más violentas, en el peor de los mundos.
Al final, el hombre es indolente.
Llorar de desesperación no sirve, aunque al menos es un paso adelante.
Saturday, November 21, 2009
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